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Sunday, November 28, 2010

Islands




I want to rule the islands
And I want to rule the sea
But If you're not coming back
I will sleep eternally

But I don't want no heavy diamonds
No pearls to crush my teeth
I just want my sailor
To sail back to me

Captain has a treasure
Says I hold the key
The old mangroves
And sweet winds blow
Songs of you and me

I want to rule the islands
And I want to rule the sea
But If you're not coming back
I will sleep eternally...

Wednesday, November 17, 2010

J'ai bien le droit aussi de faillir



Comme je regrette, je ne suis pas ce que je suis...

Saturday, November 13, 2010

Shota Nagahisa

El último día de Shota en los States lo dedicó a comprar comida norteamericana y a cambiar las monedas que durante un año no había usado: pennies, nickels, quarters, fifty-cents e incluso algunas dollar coins. Las fue juntando durante todo ese tiempo porque, simplemente, no le gustaba pagar con monedas, era un ahorro de tiempo pagar con la tarjeta de crédito.

Ese día estaba lloviendo. Fue extraño que lloviera en medio de una semana soleada, pero aquel día fue un tanto nublado y tras la hora del almuerzo, se largó a llover. Yo estaba en la piscina con unos amigos, así que el panorama de relajo se nos esfumó cuando la nube negra se plantó sobre nosotros. Tomamos el shuttle y ahí nos encontramos con Shota.

Shota venía con Takayuki y un montón de gente más, que casi llenaba el bus ¿el shuttle lleno en primavera? ¿durante el segundo o tercer día de vacaciones? Eso también fue extraño. Asi que me tocó sentarme en el único sector desocupado, inmediatamente al lado de Shota, en esa hilera de asientos largos, que no cuentan con una separación para cada uno de los pasajeros.

Nos saludamos. Como siempre, Shota iba con su celular, su OU-ID y sus llaves colgadas al cuello, en un largo collar burdeo de OU. A Shota solía verlo casi todos los días, (tomamos el mismo shuttle y nos bajamos en la misma estación) pero esa fue la primera vez que nos saludamos y fue la única conversación tuvimos.

A Shota lo "conocí" por Takayuki y por Facebook. Él me agregó durante los primeros días de clases y asumí que era uno de mis nuevos classmates en algún curso. Hay que entender que durante el primer par de semanas, es un tanto díficil reconocer totalmente los rostros orientales. Pero una vez que vi su foto en Facebook nunca se me olvidó su cara: era ver a un niño de 13 o máximo 15 años. Nunca podrías adivinar que en realidad él tenía más de 18 años (en mi mente, le asigné esa categoría, por ser la edad mínima más común para entrar a la Universidad).

Con el paso del primer mes, me di cuenta que Shota no estaba en ninguno de mis cursos, y que de hecho, él era del Business School. Cuando le pregunté a mi roomate quién era Shota, ella sólo me dijo que era muy amigo de Taka. Y cuando le pregunté a Taka porqué Shota me había agregado, él sólo me reafirmó que era muy amigo de Shota.

En el shuttle, Shota me contó que tenía 24 años (no sé si orientales u occidentales, pero anyway, es algo que parece imposible a simple vista). Me dijo que era oriundo de Yamaguchi y que allí estudiaba Economía. Luego yo comencé a contarle un poco de mí, aunque sólo cosas simples. Tras unos segundos de silencio, Shota me preguntó por mi hermana... "¿mi hermana?". Al ver mi cara de espanto -que asumo, me salió espontaneamente- me contó que había visto unas fotos mías en Facebook, y había llegado a la conclusión que yo tenía una hermana.

Luego me hizo muchas preguntas, todas acorde a fotografías que había visto en mi Facebook. Algunas, eran en base a fotos muy antiguas y otras eran en base a detalles muy minusculos presentes en las diversas imágenes. Le respondí todo, de manera muy simple, porque no podía evitar sentirme extraña ante un Shota diferente al que había imaginado. De pronto, ese niñito al que veía por ahí, se convirtió en una especie de stalker con altas probabilidades de ser kinda of psycho. Ugh.

Cuando llegamos a la estación que nos correspondía, esperé a que mis amigos bajaran para poder despedirnos todos juntos de Takayuki (y de paso, despedirnos también de Shota). Ya reunidos bajo el alero del paradero, les deseamos un buen viaje, mucha suerte y una vida feliz. Tras las últimas palabras, Shota me preguntó si yo le podía responder algo "Javiera, ¿Te acuerdas de cuál es mi nombre?" - "Sí, tu eres Shota" - dije con naturalidad. Shota esbozó una sonrisa y desapareció junto a Taka entre los blocks del condominio.