
Autoretrato - Francis Bacon
1969
No, no tenía la menor idea, y tampoco me interesaba. Sucede que a veces, cuando estas ad portas de terminar con alguien, lo único que quieres es reflexionar un rato, en un lugar tranquilo, y no que un desconocido inicie una conversación tan abruptamente.
- ¿Ha ido ud a un hospital? ¿Sabe cuánto hay que esperar por que a uno lo atiendan?... aaaahh, es que de seguro que ud. no tiene necesidá de ir al Hospital pues.
Asentí, sin decir nada. Pero en mi mente surgió esa imagen del Hospital en donde murió mi abuelita, lleeeeeeeno de gente, de niños y ancianos pálidos de tanto inverno. Cruzar ese pasillo era una prueba de fé, y era un milagro salir de él sin contagiarse.
- Es que ese ladrón de Lagos no hizo nada ¿Para qué construyó esta porquería que no sirve de ná? Bien bonito es, pero no sirve de nada... ud sabe cuántos millones se gastaron en esto?
Moví mi cabeza en forma de negación. Pero mi negación era doble, la negación estaba dirigida a no querer saber la respuesta. Tampoco quería escuchar el resto de cifras, porcentajes y estadísticas que me dio, sobre delincuencia, pobreza, robos y cosas por el estilo.
Es que los gobiernos anteriores no hicieron nada! ¿Ud. sabe cuantos hospitales se construyeron en todos estos años? NINGUNO! Y ese ladrón de mierda de Frei, fue el peor. Para que hablar de Aylwin, ese si que no hizo nada de nada...
Ya pudiendo adivinar las intenciones politicas y peor aun, manipuladoras de aquel señor, decidí prestarme un rato al juego. Si este señor, anda por la vida lavando cerebros, convenciendo ideologicamente persona por persona, prefiero que gaste el tiempo conmigo, hacerme la tonta y no que se gane a algún otro pajarito que anda volando bajo. Además, no estaba de ánimos para discutir, e insisto, tenía mil cosas más urgentes en qué pensar, estaba agotada.
..Todos unos upelientos de mierda! Y ud. señorita, no me vaya a salir con que es upelienta? no me vaya a venir con esas cosas, ud. que se ve tan educadita.
¿cómo? Mi lengua respondio cualquier cosa politicamente correcta, mientras mi mente seguía deambulando en el ¿Y cómo se lo voy a decir?, mi espíritu se entristeció, llegando a desmayarse de la impresión y mi cuerpo estaba en esa etapa de dolores musculares pre-resfrío (no es fácil pasar de la primavera al invierno de una noche a otra).
- Es que, y dejeme decirle algo con todo respeto, yo ya soy viejo, yo tengo mucho mundo, yo he vivido en muchas ciudades y he trabajado toda mi vida... (blablá-biográfico) y ud, todavía no sabe nada. Si en el colegio no enseñan nada, o a ud. qué le han enseñado en el colegio sobre (...)
(Viejo de mierda, viejo de mierda, viejo de mierda)
Y pensar que fui a ese lugar, precisamente para descansar un rato, para abstraerme un rato de la realidad y poder reflexionar en si-len-cio.
(Los hechos anteriormente mencionados ocurrieron de verdad, en una fría mañana en el Centro Cultural Palacio La Moneda)
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